El servicio al cliente reactivo espera hasta que algo se haya roto. Le dejamos al cliente ya molesto la labor de encontrarnos, contactarnos y entonces, en tiempo real, el defiende su propia causa hasta que finalmente nos la arreglamos para que las cosas mejoren lo suficiente (rara vez las volvemos mejor de lo que el cliente espera).
Tal vez debamos pasar mas tiempo siendo proactivos.
¿Cuánta gente de tu equipo está activamente abogando por el cliente preventivamente? Guiando el proceso para que la mayoría de las decepciones ni siquiera sucedan, lo que significa que no tendremos que arreglarlas…
¿Hay alguna manera mejor de comprometerse con los clientes que creando productos que no les rompan el corazón?