En «Tratado para Radicales», Saul Alinsky describió 13 principios que pueden usarse en situaciones políticas sin salida para desanimar y derrotar a tus enemigos.
De hecho, este enfoque es usado a menudo por ambos lados casi en cualquier asunto, y rompe el discurso civilizado. Cuando te sientes tan seguro de estar en lo correcto que estás dispuesto a quemar las cosas, sucede que todos están parados en un puente en llamas tarde o temprano.
¿Qué sucede si invertimos esas reglas?
1. Pon a la gente a trabajar. Es más efectivo que el dinero.
2. Reta a tu gente a que explore, aprenda y se sientan cómodos con la incertidumbre.
3. Encuentra maneras de ayudar a los demás en camino hacia una ruta sólida.
4. Ayuda a los demás a escribir reglas que les permitan alcanzar sus metas.
5. Trata a la gente como te gustaria que te trataran.
6. No critiques por diversión. Hazlo cuando esto ayude a educar, aunque no sea entretenido.
7. Apégate a tus tácticas más allá del momento en que los demás se aburran de las mismas.
8. Está bien dejar que la presión ceda de vez en cuando. La gente te pondrá atención a ti y al cambio que buscas, cuando no puedan ignorarlo consistentemente.
10. No amenaces. Hazlo o no lo hagas.
11. Si llevas al frente tus ideas positivas, una y otra vez, elevarás la barra para todos los demás.
12. Resuelve tus propios problemas antes de pasar mucho tiempo encontrando problemas para los demás.
13. Celebra a tu gente, libéralos para que hagan aún más, que se trate del equipo e invita a todos. Está bien que tu desacuerdo sea con las instituciones, no con la gente.