Las cosas que se rompen todas al mismo tiempo realmente no representan un problema. Te das cuenta de que se rompieron, y entonces las arreglas.
El reto es la corrosión. Cosas que se desvanecen lentamente, que eventualmente se transforman en una lata—se requiere esfuerzo y juicio para decidir cuando es el momento de re acondicionarlas.
Y si, lo mismo es verdad para las relaciones, el servicio al cliente y todo eso “blando” que importa tanto.