Somos malos con la empatía. Como resultado, cuando estamos discutiendo con alguien, tendemos a usar palabras e imágenes que funcionan para nosotros, pero no necesariamente ayudan a la otra persona.
Entonces, si quieres entender cómo persuadir a alguien, escucha como intentan persuadirte a ti.
Por ejemplo, una de las partes en una conversación puede usar conceptos como poder y tradición y autoridad para plantear su caso, mientras que la otra parte puede apoyarse en ciencia, estadísticas o justicia. Una persona puede alegar con mucho detalle emocional, mientras que alguien más puede sacar estudios y opiniones de expertos.
Lo que realmente estamos haciendo es hablar de las cosas en la manera en que ellos quieren escucharlo.