Okey, no te gusta lo que tu jefe hizo ayer o la semana anterior o el mes pasado. Pero hoy, en este momento, sentado del otro lado de la mesa, ¿Qué está sucediendo?
Narrar nuestras vidas, la pequeña transmisión de cada jugada que no podemos evitar llevar a todas partes, es un mecanismo de supervivencia. Pero también enciende nuestros sentimientos, cambia nuestra postura, limita nuestras posibilidades.
¿Qué siente este humano en este momento? ¿Qué oportunidades existen, y que hemos ignorado, para hacer una conexión, para crecer y para impactar a razón de la historia que nos estamos contando a nosotros mismos?
La narrativa es útil mientras sea útil, te ayude a resolver problemas y moverse hacia adelante. Pero cuando refuerza malos hábitos o hace las cosas más pequeñas, podemos dejarla y solo estar presentes, aquí y ahora.