Cuando la gente está confundida, sin compromiso o dudosa, probablemente es porque no has respondido satisfactoriamente a una pregunta muy simple.
La respuesta no necesita ser directa (el “quid pro quo” no se reproduce muy bien) pero debe ser lo suficientemente clara como para ser entendida.
La mercadotecnia es frecuentemente el arte de usar símbolos e inferencias para que la gente tenga muy claro que es lo que van a obtener.