Hablamos seguido de lo lentos que son.
Pero la velocidad no es lo importante. El fiordo cerca de mi casa, rodeado por gigantescos acantilados, fué formado por un glaciar. No porque fuera lento, sino por ser grande, con dirección clara e implacable.
Las organizaciones glaciales son esa rara combinación de las tres. Es difícil interponerse. Requieren paciencia para construirse, pero pagan de vuelta esa paciencia con resultados de largo plazo.
Si alguien te llama “glacial”, puede ser un cumplido.