No hay muchas emociones humanas básicas, y la vergüenza ciertamente es una de esas.
La vergüenza usualmente es provocada por una colisión entre nuestro comportamiento y nuestra cultura. La sociedad usa la vergüenza para reforzar normas y fijar estándares. Cuando estás solo en el bosque no hay mucha vergüenza.
Muy seguido, los mercadólogos, políticos y otros usan la vergüenza como macana, como una herramienta brutal para tomar control. Y usualmente está dirigida a aquellos menos posibilitados de desarrollarse ante esta clase de ataques.
No estoy seguro de que quisiéramos vivir en una cultura en la que el comportamiento avergonzante sea completamente aceptable, donde sociópatas y gente abusiva de corto plazo abusen de nuestra confianza.
Al mismo tiempo, pienso que necesitamos ser claros al respecto de la diferencia entre comportamiento vergonzoso y avergonzar a una persona.
Avergonzar a alguien es un atajo sin sentido. Cuando le decimos a alguien, “nunca vas a lograr nada,” cuando actuamos como que queremos encerrarlos y perder la llave, cuando combinamos el comportamiento con el humano-hemos lastimado a todos. Hemos matado sueños, eliminado posibilidades y roto cualquier oportunidad de conexión.
La alternativa es ser muy claro sobre que comportamiento se pasó de la raya. Corregir ese comportamiento al mismo tiempo que abrimos la puerta a nuestro conciudadano para que se convierta en la persona con la que queremos convivir.
“¿Cómo te atreves?” Es una buena manera de establecer que gente como nosotros no hacemos cosas como esa. Es un artefacto de establecimiento de normas , una indicación clara de que ciertos comportamientos no son bienvenidos y demandan una explicación.
Mientras que los medios disponibles a cada uno de nosotros vuelven casi cada interacción en un conflicto mundial de hiper competitividad, hay demasiadas posturas y divisiones vergonzosas. Si quieres “ganar” en las redes sociales o en la política, ya no quieres seguir siendo el payaso de la clase entre veinte estudiantes de preparatoria, estás en una carrera hacia el fondo entre cien millones de adolescentes y candidatos. Multipllica eso por cada tarea y te darás cuenta de porqué hay tanta postura desvergonzada.
La carrera hacia arriba es mucho más preferible. Porque el problema de la carrera hacia el fondo es que puedes ganarla. O llegar segundo, lo cual es peor aún.