1. Házla más corta. No hay puntos extra por llenar tu tiempo.
2. Sé muy claro sobre lo que se trata. Si la Presentación funciona, ¿Qué va a cambiar? ¿Quién va a cambiar? ¿La gente tomará acciones distintas a causa de tu trabajo? Si no, entonces ¿Para qué haces una presentación?
3. No uses las láminas como teleprompter. Si tienes detalles, anótalos en un pequeño memo y nos lo entregas después de la presentación.
4. No cantes, no bailes, no bromees. Si esas tres habilidades te son ajenas, este no es el momento de intentarlas.
5. Ten presencia en este momento. La razón por la que estás haciendo una presentación y no enviándonos un memo es porque tu presencia personal, tu energía y tu humanidad agregan valor. No las escondas. No uses un formato prescrito si ese formato no empata con la mejor versión de ti.
Y como extra: La mejor presentación es una que das de hecho. No te escondas. No pospongas. Necesitamos escuchar de tí.
Una presentación es cara. Es muchos de nosotros, en tiempo real, sincronizados, todos viéndote hacer lo tuyo. Si lo vas a hacer en vivo, haz que valga la pena. Para nosotros y para tí.
Hola Rafa, excelentes recomendaciones 1000 gracias por compartir Saludos
Me gustaMe gusta
Gracias saludos Irene!
Me gustaMe gusta