El béisbol no es una representación adecuada de la vida.
En el béisbol, el porcentaje de bateo es importante porque el resultado del juego está directamente relacionado con las veces que cada jugador se embasa.
Pero en la vida, no llevamos la cuenta de cuantas veces te toca el turno de bateo, o cuantas veces te ponchas.
Llevamos la cuenta del impacto que haces.
Si estás trabajando en un proyecto que necesita solo un fundador, un publicista, un socio, no importa a cuantos aparte de ellos no les gustó tu idea.
Y no hay crédito adicional (cero) por obtener un «si» de la primera persona a la que preguntes.
Por supuesto, es una tontería embarrar al mundo, atascarse con el «no», empujar y presionar sin aprender nada de toda la retroalimentación que has obtenido. Más pronto que tarde, se te agotará tu bienvenida y se te acabarán los bates.
Pero eso es un extremo, y probablemente no es tu reto.
El reto es encontrar la resolucion para llevarle tu trabajo a alguien que se va a beneficiar de él. Aprender de lo que no funciona y entonces hacer el trabajo de nuevo.
Para el proyecto adecuado, uno de cien es tan bueno como Ted Williams.