El caballaje intelectual está sobrestimado.
Decir «Soy muy tonto para hacer eso,» no es algo que ayude, y probablemente es falso.
Somos capaces de aprender Photoshop. Podemos averiguar y entender la aritmética detrás del análisis de datos. Podemos seguir una discusión matizada sobre estrategia. Podemos aprender a leer un estado de resultados y podemos llegar a ser sofisticados para la toma de decisiones de largo plazo.
Siendo honestos, la verdadera razón por la que no hacemos este trabajo no es porque seamos tontos.
Es probablemente porque no lo hemos hecho una prioridad.
Podría ser que tenemos miedo, que somos flojos o que estamos subinformados.
Las tres anteriores son condiciones temporales si así lo queremos. O en su lugar podemos vivir con ellas y asumir que somos tontos.
(¿Qué es peor?: ¿ser vistos como tontos o tener prioridades que no empatan con la oportunidad?)
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Rafa Elorduy 