Poco a poco, así es como terminamos teniendo nuestra organización, nuestro trabajo, nuestra vida.
Es imposible no moverse hacia enfrente sin ellos.
Y así nos comprometemos con una agenda, con la calidad o con el ritmo de nuestros días. Nos comprometemos con nuestros estándares, nuestras expectativas y en lo que importa en este instante.
No puedes producir sin compromisos.
La pregunta es: ¿Que sucedería si solo tuvieses 98 de ellos?
La diferencia entre un desempeño extraordinario y un desempeño promedio es simplemente los últimos dos compromisos.
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