Reflexiona un poco y hazte esta pregunta sencilla.
¿Qué es más factible y cómodo? ¿Venderle a un conocido o a un desconocido?
Depende, por supuesto. Tal vez si se trata de un boleto de una rifa, pues es más realista pensar que intentaremos venderle a un conocido. Le mandaremos un mensaje o le llamaremos.
Pero cuando se trata de un bien o servicio de mayor precio, como puede ser tu propio negocio de vida o tu proyecto, ¿Por qué nos detenemos y lo pensamos tanto antes de intentar venderlo a nuestros familiares y conocidos?
La respuesta es muy sencilla. Porque nos da pena, nos da vergüenza. Como si fuera algo malo o vayan a pensar que siempre que los busquemos va a ser para venderles algo cuando sabemos que no es así. O, Dios guarde la hora, que vayan a hablar de ti “que imprudente vendiendo su producto en la reunión familiar.”
¿Te das cuenta de lo ridículo que suena esto?
Al contrario, siempre busca primero a esa gente cercana. Son ellos quienes te harán los comentarios reales en corto sobre el valor o calidad de lo que ofreces. Si pasas esa “prueba de fuego” estás listo para ofrecerlo fuera. Si la respuesta no es la que esperabas, pues de regreso a corregir.
Allá afuera no te van a decir nada directamente, simplemente ya no te comprarán y si se lo dirán a quienes no te conocen. Y esto es mucho peor.
PD Conoce como vender 1 a 1 y cuidar a tus clientes. No importa si eres propietario, vendedor o trabajas con propinas o comisiones, catálogo o multinivel. Te invito en https://rafaelorduy.teachable.com