Una pregunta sencilla que seguido pasamos por alto, como si ignorándolo el problema fuese a desaparecer.
Todo lo que vale la pena hacerse tiene una parte difícil. Si no fuese así, ya se habría hecho antes.
La parte difícil, si bien nos va, se va a hacer más fácil si ubicas recursos y enfoque y esfuerzo. Ese es el punto del trabajo, debilitar a la parte difícil.
Pero si nos negamos a preguntar y responder, entonces ¿cómo será posible enfocarnos en lo que importa?
Frecuentemente es más divertido y relajante enfocarnos en las partes que no son difíciles. O pretender que la parte difícil es fácil.
Mejor, digo yo, que si decidimos que el trabajo vale la pena hacerse, nos pongamos serios al respecto de las partes por las que vale la pena esforzarse.
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