Ser un aliado implica que no vas a estorbar y, si es posible, intentarás ayudar.
Para ser un cómplice, por otro lado y en el buen sentido de la palabra, significa que arriesgaste algo, sacrificaste una parte y te pusiste en el anzuelo tu mismo también.
Necesitamos más aliados, en todo el trabajo que hacemos. Los aliados pueden abrir puertas y ayudar a sentirnos menos solitarios. Pero encontrar un cómplice – ese es un salto extraordinario hacia enfrente.
Un área en la que necesitamos ser cómplices, es en el tema del racismo. Una vez que te lo encuentras, lo vas a encontrar por doquier. ¿Cuándo nos importará tanto como para trabajar en ello, en la misión y en el problema?
Incluso cuando pensemos que es «trabajo de alguien más.» Porque probablemente también nos pertenece a nosotros.
PD En tu vida, en tu trabajo, en tu proyecto, comprométete. No nada más por encima. Con todo.