Lo perfecto es enemigo de lo bueno.
Por supuesto que lo es.
Pero esa simple frase se vuelve más urgente cuando nos damos cuenta que nada (ni nadie) es perfecto. ¿Cómo puede ser?
Y así, si tu héroe, tu causa, tu día festivo, tus antecedentes, tu relación… si no es perfecto, ¿significa que debes ocultarlo? ¿avergonzarte de ello? ¿temerle?
Estamos rodeados de injusticia, y ayer fue incluso peor. Es tan fácil encontrar cosas que son imperfectas y criticarlas o, peor aún, avergonzarlas.
Creo que es mejor encontrar destellos de lo bueno y buscar amplificarlos. Los errores pueden verse y se pueden mejorar, se puede progresar. Pero solo si arropamos la oportunidad de lo que están bien a secas.
Lo imperfecto es una oportunidad de hacerlo mejor.