El escuchar sucede cuando tenemos capacidad de reconocer un sonido.
El poner atención sucede cuando hacemos un esfuerzo para entender el significado de ese sonido.
No solamente se requiere enfoque, sino que también se necesita un compromiso para encontrar la experiencia, intención y emoción detrás de las palabras. Y ese compromiso puede inspirarnos temor. Porque si estamos expuestos a esa emoción y a esas ideas, descubrimos cosas que podríamos estar evitando.