Cuando el altavoz telefónico para audio conferencia está encendido en la sala de juntas, ¿Hablas distinto?
Es muy común.
Respiramos de un lugar distinto, acomodamos el pecho diferente, constriñes la garganta y tratas de gritar tus palabras a través del océano.
Los que escuchan del otro lado de la bocina están acostumbrados. Los que están contigo en la sala no tanto.
Los seres humanos no tenemos una larga historia cultural con los micrófonos. No entendemos instintivamente que, de hecho, funcionan. Así que en lugar de ello gritamos. Y al gritar cambia como nos creen, confían en nosotros y al final nos escuchan.
Aprender a usar un micrófono es una gran habilidad. Cuando hablas normal sucede que el micrófono tiene suficientes voltios, watts y amperes para llevar tu voz hasta Lituania si quieres.
Y así, tus palabras serán de hecho escuchadas.