Cuando compraste tu primer teléfono móvil, ¿sabías que pasarías más de 1,000 horas al año observándolo?
Meses más tarde, ¿puedes recordar como pasaste esas horas!?
Cuando te actualizaste con otro nuevo teléfono, para poder pasar más horas en ello, ¿pensaste como habías usado tanto de tu “tiempo libre” el año anterior?
Si desperdiciáramos dinero del mismo modo que desperdiciamos tiempo, todos estaríamos en bancarrota…